Jueves, 10 de Octubre de 2013 08:53 Internacionales
Los representantes de unos 140 países firmaron este jueves en Japón la Convención Minamata sobre el uso y las emisiones de mercurio, que lleva el nombre de la ciudad japonesa que sufrió el peor envenenamiento por este metal altamente tóxico.
La "Convención Minamata" se firmó con motivo de una reunión organizada bajo los auspicios de la ONU en Kumamoto (sudoeste), cerca de Minamata, tras haber sido elaborada y adoptada en enero pasado en Ginebra.
El objetivo del acuerdo es reducir a nivel mundial las emisiones de mercurio, muy tóxicas para la salud y el medio ambiente, así como la producción y utilización de ese metal, sobre todo en la fabricación de productos y en los procesos industriales.
En cuanto sea ratificada por 50 Estados, el tratado entrará en vigor, algo que según los organizadores de la conferencia podría llevar de tres a cuatro años.
"Hace falta que muchos países en vías de desarrollo ratifiquen el tratado para que entre en vigor cuanto antes", declaró el ministro de Medio Ambiente japonés, Nobuteru Ishihara.
El mercurio es un metal pesado muy tóxico para los seres vivos. Una exposición excesiva a él daña el sistema inmunitario y puede acarrear trastornos psicológicos o digestivos, la caída de dientes y problemas cardiovasculares o respiratorios.
La convención prevé sobre todo que en 2020 los productos que utilizan mercurio, como los termómetros, hayan desaparecido y en un plazo de 15 años se deje de usar en la minería.
Pero los grupos ecologistas temen que la Convención no consiga detener el uso de mercurio en las pequeñas minas de oro artesanales.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en los últimos 100 años se ha duplicado la cantidad de mercurio en los 100 primeros metros de profundidad de los océanos que procede de emisiones relacionadas con la actividad humana.
Las concentraciones en las aguas profundas aumentaron un 25%, estima el PNUMA.
Terra
La "Convención Minamata" se firmó con motivo de una reunión organizada bajo los auspicios de la ONU en Kumamoto (sudoeste), cerca de Minamata, tras haber sido elaborada y adoptada en enero pasado en Ginebra.
El objetivo del acuerdo es reducir a nivel mundial las emisiones de mercurio, muy tóxicas para la salud y el medio ambiente, así como la producción y utilización de ese metal, sobre todo en la fabricación de productos y en los procesos industriales.
En cuanto sea ratificada por 50 Estados, el tratado entrará en vigor, algo que según los organizadores de la conferencia podría llevar de tres a cuatro años.
"Hace falta que muchos países en vías de desarrollo ratifiquen el tratado para que entre en vigor cuanto antes", declaró el ministro de Medio Ambiente japonés, Nobuteru Ishihara.
El mercurio es un metal pesado muy tóxico para los seres vivos. Una exposición excesiva a él daña el sistema inmunitario y puede acarrear trastornos psicológicos o digestivos, la caída de dientes y problemas cardiovasculares o respiratorios.
La convención prevé sobre todo que en 2020 los productos que utilizan mercurio, como los termómetros, hayan desaparecido y en un plazo de 15 años se deje de usar en la minería.
Pero los grupos ecologistas temen que la Convención no consiga detener el uso de mercurio en las pequeñas minas de oro artesanales.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en los últimos 100 años se ha duplicado la cantidad de mercurio en los 100 primeros metros de profundidad de los océanos que procede de emisiones relacionadas con la actividad humana.
Las concentraciones en las aguas profundas aumentaron un 25%, estima el PNUMA.
Terra
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